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Sopas y caldos chilenos

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Las sopas y caldos tradicionales chilenos son fundamentales en la dieta del país, especialmente durante los meses más fríos, y cada región tiene sus propias especialidades que reflejan la diversidad geográfica y cultural de Chile. Uno de los platos más emblemáticos es la cazuela, un caldo espeso y reconfortante que se prepara con carne de vacuno o pollo, papas, zapallo, porotos verdes, choclo, zanahorias y hierbas como el cilantro.

Mix para cazuela.

La cazuela es un plato tradicional en todo Chile, pero cada zona tiene su propia versión. En el norte, es común que se utilicen ingredientes más ligeros como el pollo, mientras que en el sur, donde las carnes rojas y las verduras de raíz son más abundantes, la cazuela puede incluir cortes de carne más grasos y tubérculos.

En la región central, las cremas de verduras también ocupan un lugar importante en la gastronomía chilena, especialmente durante el invierno. Las cremas de zapallo, espinacas o brócoli son populares y se caracterizan por su textura suave y sabor reconfortante.

Crema de espinacas

El caldillo de congrio, por ejemplo, es una sopa muy representativa del centro-sur, especialmente en la zona costera, donde el congrio, un pez típico del Pacífico, se combina con papas, cebolla, tomate, ají y hierbas, creando un caldo sabroso y ligero. Este platillo se ha convertido en un emblema de la cocina chilena, servido tanto en hogares como en restaurantes a lo largo del país.

En el sur de Chile, especialmente en la zona de la Araucanía y los lagos, las sopas suelen tener una mayor presencia de ingredientes autóctonos, como el valdiviano.

Lentejas.

Las sopas de legumbres son otro pilar fundamental en la cocina chilena, especialmente en los meses más fríos, cuando se buscan opciones nutritivas y reconfortantes. Entre las más tradicionales se encuentra la sopa de porotos con riendas, un guiso espeso y sabroso hecho con porotos (frijoles), tallarines, y zapallo. Este plato es muy popular en el centro y sur de Chile, y refleja la abundancia de productos agrícolas de la región. Otra sopa de legumbres muy conocida es la sopa de lentejas, que se prepara con lentejas, zanahorias, cebolla, ajo y especias, y puede incluir carne de cerdo o vacuno para agregar sabor. Las sopas de legumbres son valoradas tanto por su alto valor nutritivo como por su capacidad para ser una comida completa y reconfortante, perfecta para enfrentar el frío invierno chileno.